martes, 2 de noviembre de 2021

Cinco caricaturas y un zipper

 PRESENTADOR:

—El Jurado del Concurso de Artes Plásticas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba otorga, por unanimidad, Primer Premio Nacional de Diseño Gráfico por cartel de Ilustraciones Infantiles a Luis García Fresquet.

(Aplausos)

—Hará entrega del diploma el presidente de la Dirección de Artes Plásticas... 

—¡Vaya! Yo pensé que tu premio era en humor gráfico. ¡Tus cinco caricaturas son las mejores que he visto este año! —me dijo al oído mientras me daba un fuerte abrazo.

—¡Muchas gracias! Acabo de recibir otro primer premio en caricaturas con tus elogios. —le contesté.

Meses antes de esta anécdota,  había comenzado a preparar una nueva exposición de caricaturas: "El Super Zipper".

Escogí la idea de usar el zipper (cremallera) como único tema gráfico para todas las caricaturas. El zipper en el diseño gráfico y las caricaturas ha sido utilizado como símbolo de "cerrar algo", de prohibir o de unir dos partes para que no se vea "el contenido" detrás de la cremallera. 

Como el zipper "cierra u oculta algo", pensé utilizarlo para crear una serie de caricaturas desde la más tonta o absurda hasta la más intelectual para mostrar, de manera "sutil", mis opiniones políticas y sociales sin tener que "tocar" de forma explícita los temas de actualidad. 

Lo curioso de las cinco caricaturas

Tenía en mi estudio las cinco primeras caricaturas con el tema del zipper. Estaban ocultas debajo un cartón cubría toda mi mesa de dibujo. Mi esposa y yo éramos los únicos sabíamos dónde estaban escondidas. Pretendía con ello, que no se divulgara la idea de la exposición del Super Zipper antes de la inauguración.

Al mismo tiempo, "en el mundo artístico" se estaban produciendo días muy tumultuosos para los artistas plásticos después de las acusaciones que hizo el "máximo líder" en un discurso afirmando que había "artistas que eran mercenarios de la cultura" y los acusó de "enriquecimiento ilícito".

A continuación comenzó la casería de brujas. Los artistas plásticos comenzaron a recibir citaciones del Fiscal General del de Gobierno. El miedo y la incertidumbre se adueñaron de los cuerpos y las mentes de los pintores, diseñadores, dibujantes, fotógrafos, escultores y artistas artesanos ante el temor de ser defenestrados de vida pública y cultural... o encarcelados.

Así le ocurrió a varios artistas que fueron defenestrados.

Mi medio hermano, que era director del Departamento de Artes Plástica en el Ministerio de Cultura, y yo coincidimos en los jardines de la Unión de Escritores y Artistas en esos días de terroríficos. 

Se acercó a mí y me dijo: 

—Me alegro verte. Supe que estabas haciendo unas caricaturas un poco conflictivas. Te recomiendo que...

No dejé terminar.

—¡Joder!, eso significa que entraron en mi casa ilegalmente y revisaron mi estudio porque nadie sabía de esas caricaturas hasta ahora. —le contesté y seguí hablando. 

—Mira, muchas gracias por avisarme, pero yo soy mayor de edad y no necesito consejos que intenten atemorizarme. Yo asumo la responsabilidad del contenido mis caricaturas.

Nos despedimos amigablemente, aunque se quedó en el aire una atmósfera política enrarecida de pensamientos opuestos.

"Otra cosa curiosidad"

Después de esa conversación, me lancé al ruedo sabiendo el riesgo que corría y por dónde podría venir los tiros al enviar las cinco caricaturas al Concurso Nacional de Artes Plásticas.

Los resultados lo escribí anteriormente, pero estando en el buffet de la entrega de los premios, ocurrió "otra cosa curiosidad" que vale la pena contar:

Un miembro del jurado con quién tenía muy buenas relaciones de trabajo y amistad, se acercó a mí y me comentó:

—No premiamos tus caricaturas de los zippers porque se salen del estilo tradicional de los dibujos humorísticos. Están más cerca del diseño gráfico que de las caricaturas. 

—Bueno, los premios ya están entregados. Será en otra ocasión. Disfrutemos ahora del vino y de las croquetas de jamón que está deliciosas. —le contesté.

Me callé lo que pensaba porque cualquier comentario no iba a llegar a ninguna parte. Estaba consciente que nunca premiarían las caricaturas de los zippers por su "sutil" contenido contestatario.

Algo similar le ocurrió a mi libro de caricaturas "Yo, Tú, Él y el humor". Su lanzamiento en las librerías coincidió con la celebración del Congreso de Educación y Cultura. Retuvieron la salida de todos los libros para su revisión. Obligaron a escritores a hacer un "harakiri" (autocrítica), a declararse "contrarrevolucionarios". Algunos fueron enviados a prisión, otros defenestrados. 

El Congreso instauró patrones de como debían vestirse los jóvenes, prohibieron difundir la música rock en la radio y la televisión. Escuchar a los Beatles se convirtió en un delito. Se prohibió la música que promoviera el diversionismo ideológico. La homosexualidad pasó hacer un delito. Los miembros del Congreso proclamaron que “Un homosexual sería llevado ante las autoridades y procesado legalmente solamente por la pública ostentación de su condición”. 

Mi hermano, que participó en ese Congreso, me comentó, que habían suspendido la distribución de mi libro para revisión porque tenía algunas caricaturas con una doble intensión política.

El realizador de diseño que trabajaba conmingo en la Universidad de La Habana, compró un ejemplar en la librería de 27 y L en el Vedado. Cuando llegué a la librería, solo quedaban 12 libros. Los compré todos. La dependiente me dijo que solo habían enviado veintisiete ejemplares y me preguntó:

—¿Qué pasa con este libro? Muchos clientes han preguntado por este libro.

—No lo sé. —le contesté. 

El Instituto Cubano del Libro y la Editorial Pluma en Ristre, dejaron de distribuir y vender los libros en Cuba. Todos los libros fueron destinados para la venta en otros países. Varios ejemplares participaron a una Feria del Libro en Frankfurt, Alemania.

Nunca más supe de la distribución de mi libro. Tampoco continué trabajando en la exposición del Super Zipper.
 

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